30 noviembre 2006

Antonio Gamoneda, premio Cervantes


Esta vez sí que han acertado las quinielas. Era tan notoria la posibilidad de que el astur-leonés Antonio Gamoneda fuese galardonado este año con el Cervantes, que hasta él mismo aprovechó la presentación de su antología poética “Sílabas negras” para aclarar que no lo ganaría por tener afianzada su condición de finalista. Pues bueno, señor Gamoneda, usted se equivocaba en su modesta apreciación.
Es destacable que, viéndose eternamente perdedor, haya conseguido el premio ahora que su paisano Rodríguez Zapatero reside en la Moncloa. Sobretodo porque el poeta se confiesa amigo íntimo de ZP.
Son varios los elementos en común con el presidente, ya que ambos nacieron fuera -En Oviedo Gamoneda; ZP en Valladolid- y se recriaron en León, de donde se sienten ciudadanos adoptivos. Pero no es la mayor de las coincidencias. La principal es que el galardonado es patrono-administrador de la Fundación Sierra-Pambley, y su hija Angeles es la directora. No hay que olvidar que en la sede de dicha fundación, constituida como heredera de la Institución Libre de Enseñanza, el abuelo de ZP realizaba las tenidas masónicas de la logia “Emilio Menéndez Pallarés n.º 15”. Según explican Carlos Dávila e Isabel Durán en su libro de reciente publicación “La gran revancha”, en julio de 2006 Zapatero acudió en calidad de presidente del gobierno a inaugurar el museo creado por la fundación. En el acto institucional elogió la labor de la fundación como “ejemplo, historia y hoy futuro, gracias al trabajo y generosidad de leoneses ejemplares”.
Las tenidas masónicas del capitán Lozano se celebraban en la Biblioteca Azcárate de la fundación, lugar que ha acogido también distintos actos de una organización de extrema izquierda llamada “La Haine”. Esta organización, por la que deben compartir su pasión tanto Gamoneda como ZP, se manifiesta a favor de la violencia como forma permanente de lucha política en contra del capitalismo. Este grupúsculo se declara defensor de la dictadura de Fidel Castro en Cuba y lanza furibundos ataques, a través de su sitio web, contra la monarquía. Ataques que el poeta pasará por alto cuando reciba de las manos del Rey el premio Cervantes.
Para más INRI, también se han llevado a cabo en esa biblioteca eventos de personajes y entidades como las Juventudes Comunistas o el sociólogo Justo de la Cueva, esquizofrénicamente defensor del independentismo radical vasco.
Para finalizar, olvidémonos un poco de la política y centrémonos en su poesía, motivo por el que ha sido premiado. Como muestra, les adjunto un soneto extraído de su libro “Sublevación inmóvil”, publicado en 1960 por Rialp:

Propongo mi cabeza atormentada
por la sed y la tumba. Yo quería
despedir un sonido de alegría;
quizá sueno a materia desollada.

Me justifico en el dolor. No hay nada;
yo no encuentro en mis huesos cobardía.
En mi canto se invierte la agonía;
es un caso de luz incorporada.

Propongo mi cabeza por si hubiera
necesidad de soportar un rayo.
No hablo por mí solo. Digo, juro

que la belleza es necesaria. Muera
lo que deba morir; lo que me callo.
No toques, Dios, mi corazón impuro.

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