La actualidad en una semana (Semana 15)
Como cada año, la Semana Santa terminó con una nueva sangría de accidentes de tráfico. Si nos centramos en analizar los datos como le gusta hacerlo al director general de tráfico –usando el ábaco macabro del recuento de muertos- podemos observar que han muerto más de 100 personas a lo largo de la semana. Según ha comentado Pere Navarro, algo debe estar fallando ya que las cifras no han bajado como se esperaba tras la implantación del carné por puntos. Si siguen empecinándose en tomar medidas punitivas, los datos volverán a ser horribles. Mientras no tengan en cuenta que, además del exceso de velocidad, el estado de las carreteras es determinante para reducir la siniestralidad, el conteo de muertos seguirá aumentando. Pero claro, poniendo multas se gana pasta, en cambio arreglando las carreteras se gasta.
Una cadena de atentados suicidas dejó un muerto y varios heridos en Casablanca el martes. En total, se produjeron tres atentados con bomba con el resultado de tres terroristas muertos por las explosiones y uno más tiroteado. Estos atentados, sucedidos a unos pocos kilómetros de España, son la muestra del giro fundamentalista que están experimentando muchos jóvenes marroquíes ante la falta de oportunidades, la miseria y la represión política por parte del estado.
La violencia se extiende al resto del Magreb.
Como una llamarada provocada por un escape de gas, un día después de los atentados en Marruecos, el Magreb volvió a sufrir la ira fundamentalista. Una supuesta rama de Al-Qaeda en el Magreb ha reivindicado los dos atentados de Argelia que han dejado un reguero de sangre y destrucción. El balance provisional es desolador ya que han muerto 24 personas y 222 más han sido heridas, algunas de ellas de extrema gravedad. Un primer atentado mediante coche bomba frente al palacio del Gobierno en Argel dejó un saldo de 12 muertos. Minutos después, una segunda bomba junto a una comisaría cercana al aeropuerto provocaba la muerte de 12 personas más.
La trascendental declaración institucional de Pepiño Blanco volvió a ser una clara expresión del pobre argumentario que maneja el PSOE. Ante su manifiesta incapacidad para gobernar, el PSOE volvió a esconderse en la trinchera del 11-M, con el “España no se merece un gobierno que les mienta”. Una trinchera que en los días posteriores al atentado le otorgó unos réditos políticos a todas luces injustos. El PP ha contestado con un comunicado centrado en las mentiras del PSOE, que utilizó el 11-M “para ganar las elecciones y ahora lo vuelve a hacer para no perderlas”. Y es que, según la declaración del PSOE –fusilada de las conclusiones llevadas a cabo por El País-, los últimos testimonios de mandos policiales en el juicio del 11-M demuestran que el gobierno de José María Aznar mintió a los españoles durante esos días. Y digo yo: si esas mentiras eran tan flagrantes, ¿por qué no hicieron algo por investigarlas en la comisión parlamentaria del 11-M, que era el lugar donde se dirimían las responsabilidades políticas? ¿No será que a lo mejor ellos tienen más que ocultar que el PP?
El gobierno asegura no tener miedo de las amenazas de Al-Qaeda.
La vicepresidenta de la Vega aseguró en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros no tener miedo, pero sí precauciones ante la oleada de atentados que inflamaron el Magreb a lo largo de la semana. No hay que olvidar que en un comunicado de los terroristas, anunciaron su intención de querer recuperar todos los territorios islámicos desde Jerusalén hasta Al-Alandalus –en referencia a la Península Ibérica-; y que, según informó ABC, dos de los terroristas implicados en los atentados de Casablanca habían pasado a España. La vicepresidenta ha asegurado que no existe riesgo inminente de atentados islamistas, aunque las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado se mantienen en el nivel intermedio de alerta. De todos modos, no creo que la vicepresidenta esté preocupada ya que con la recuperación de la vieja estrategia del “Aznar asesino”, en caso de un atentado islámico la culpabilidad se haría recaer en los miembros del anterior gobierno de Aznar.
ZP, en contra de la tradicional posición de la izquierda española, reconoce implícitamente la soberanía de Marruecos sobre el Sahara.
Es evidente que el Derecho Internacional Público no era la asignatura preferida por el presidente del gobierno. Después de dar rienda suelta al País Vasco para reclamar un inexistente derecho de autodeterminación, ahora se lo niega a un territorio que sí cumple todos los requisitos para el mismo. Y lo ha hecho en el transcurso de una mitin en Tenerife donde reconoció que los caladeros saharauis formaban parte de las aguas territoriales de Marruecos. Durante el desarrollo del mitin, el vicepresidente de la Asociación Canaria de Amigos del Pueblo Saharaui, fue expulsado de la sala al gritarle a ZP que había “vendido” el Sahara. Esa grave acusación le llevó no sólo al desalojo, si no también a una acusación formal por un delito de desobediencia y otro de alteración del orden público. Así se las gasta el totalitarismo bolchevique del gobierno.
El presidente de Ecuador, tras la estela de la revolución bolivariana de Chavez.
Como todos estos líderes bananeros al estilo de ZP, cuando se ponen a gobernar se creen que hay que destruir hasta los cimientos para sanear al país llenándolo de mierda. Pero mucha mierda y desde bien abajo. A este caciquillo con pinta de actorzuelo de culebrones –atiende al nombre de Rafael Correa- se le ha ocurrido la brillante idea de reformar la Constitución para redactar una nueva Carta Magna de índole más social e izquierdista. Supongo que así pensará que tendrá más facilidad para que Chavez le regale algo de petróleo.
