La copa de Navidad de La Moncloa
El pasado martes 19 de diciembre se celebró la tradicional copa de Navidad en La Moncloa. Por lo visto, el evento dio pábulo a tertulianos y comentaristas políticos para cotillear como locos, por lo menos, hasta la próxima salida de tono de la Entesa. Es notorio que nuestros gobernantes se desmelenan en las distancias cortas, con una cañita de cerveza en la mano, canapé y jamoncito del bueno; que para eso se lo han ganado después de tanto duro trabajo orientado a la secesión de las nacionalidades históricas, al advenimiento de la III República y la destrucción de España. En cuanto se ven rodeados por un corrillo, armados de copas y servilletas en lugar de micrófonos, el ministro de turno se siente protagonista de la historia del siglo XXI y se dedica a soltar por su boquita lo primero que se le viene a la cabeza. Pero vayamos por partes.
Los organizadores del acto agasajaron a los asistentes con un regalo. Junto con el obsequio, se adjuntaron también una serie de copias del famoso vídeo de la anterior tregua de ETA. Según ha contado Pilar Cernuda en las noticias de mediodía de Onda Cero, en la portada aparecen las fotos de varios miembros del antiguo gobierno de Aznar, incluida la recientemente fallecida Loyola de Palacio. La periodista ha comentado que el detalle no le ha gustado a nadie, ni siquiera a un buen número de dirigentes del PSOE. Ya no sólo por la inconveniencia de la foto, si no porque nunca se han considerado esas copas como actos políticos, con lo que la difusión del vídeo está absolutamente fuera de lugar.
Quiero pensar que después de las palabras de bienvenida de ZP, felicitando el solsticio de invierno, y con posterioridad a la visita guiada para hacer una ofrenda al abeto pagano, se comenzaron a servir viandas y bebidas. Ya se sabe que enseguida se forman corrillos. En uno de ellos, la ministra Narbona se descolgó, supongo que después de un par de copas, con la ecologista idea de modificar la fiesta de los toros al estilo portugués, donde no se da muerte al toro en el ruedo. La propuesta fue planteada con la intención de desarrollarla gradualmente "quizá ya en la próxima legislatura, pero tenemos que intentar evitar ese momento sangriento final del toro".
Cuando alguien que no entiende de toros se pone a regular la materia, comete fallos garrafales. Seguramente la ministra desconozca que en Portugal, los toros son matados en los corrales de la plaza. Es decir, al toro no se le mata delante del público, sino que un matarife se encarga de aputillarlo en los chiqueros. Cualquier aficionado portugués, así como prácticamente todos los matadores, están en contra de ese tipo de lidia descafeinada, contraria a la esencia del toreo. El toro nace para morir en la plaza, presentando batalla, demostrando que es un animal bello y fuerte al que se cría para la lidia. Al ser una propuesta presentada al socaire de unas cervezas, es obvio que no está meditada. Por eso no aclara si también se limitará el uso del resto de objetos punzantes como las divisas, las puyas o las banderillas. ¿Tal vez piense la ministra que es mejor ponerle banderillas con velcro y que el toro lleve recubiertos los pitones con gomaespuma?
La Narbona argumenta que así se eliminaría el final sangriento del toro, sin embargo a nadie escapa que el objetivo es muy distinto. Con esa medida lo que pretenden conseguir es que desaparezca del panorama nacional todo lo que huela a España. Proponer corridas de toros light va a contribuir a que la fiesta, herida ya de muerte desde hace muchos años, termine por desaparecer. Y si no, tenemos la muestra clara con la plaza de toros de Barcelona, que por falta de aficionados que acudan a los festejos ha dejado de ser un negocio rentable.
Pero como han hecho de las prohibiciones una forma de gobernar, ZP y sus acólitos también pretenden prohibir otra parte fundamental de la cultura española. La ministra de Sanidad está estudiando considerar el vino como una “bebida alcohólica peligrosa”. En el borrador que prepara Elena Salgado sobre consumo de bebidas alcohólicas en la juventud se está estudiando prohibir a las bodegas el patrocinio de diversas actividades, la venta de productos como aceites y vinagres, y la promoción de emplazamientos turísticos. Cuando en España comenzaba a despegar el sector del vino a nivel internacional, cuando la diversificación de productos de calidad a parte del vino –aceites, vinagres,...-, cuando la inversión en bodegas, museos y hoteles estaba logrando que nuestra industria vitivinícola se pusiese al nivel de la francesa, llega la ministra y decide cargárselo todo de un plumazo.
Según la experta en temas sanitarios –incluso tuvo aspiraciones a la dirección de la OMS-, de ese modo se acabará con el consumo de drogas y alcohol por parte de la juventud. No voy a ser yo el que niegue que el problema está ahí. Actualmente la droga se ha enquistado en el tejido social hasta ser considerada por buena y normal entre nuestros jóvenes. Y no quiero ni pensar en las consecuencias desastrosas que vendrán en el futuro cuando todos esos chicos enfermen por sus múltiples adicciones a todo tipo de sustancias.
Incluso así, el gobierno no debe matar moscas a cañonazos. Antes de nada, debería reflexionar en profundidad acerca de la motivación que lleva a que España sea el país donde más droga se consume. No es mi intención pontificar, pero tengo la sensación de que este problema tiene mucho que ver con la deficiente educación de una generación despojada de cualquier referente moral. El sistema educativo ha convertido la escuela española en un pasatiempo inútil en el que se enseñan cuatro tonterías, en el que no se le puede exigir al estudiante la menor responsabilidad colectiva, en el que se premia el mínimo esfuerzo, y se le otorgan al alumno una multitud de derechos sin la contraprestación de una obligación.
Por otra parte, la sociedad en todas sus facetas está fomentando una cultura hedonista en la que todo vale en bien del disfrute y el ocio. Además, los padres, por comodidad o dejadez, han delegado la educación de sus hijos en el colegio, con lo que por unos o por otros, la casa sin barrer. Al final, el resultado es que ni la escuela marca unos referentes éticos a sus alumnos –los planes de estudio no los contemplan-, ni las familias están dispuestas a asumir que deben educar a sus hijos como ciudadanos –y no me refiero a la estúpida "Educación para la Ciudadanía"-. En definitiva, los referentes morales que se encuentran los adolescentes son los que aparecen en los programas del corazón, en los reality shows, en los videojuegos, en el chat, o en la discoteca.
Con esta perorata estoy tratando de hacer ver que el abuso de las drogas no se va a atajar satanizando el vino. Si analizamos el consumo de bebidas alcohólicas de la juventud, nos daremos cuenta de que el único vino que ingieren es cuando hacen calimocho. En general, caldos de ínfima categoría, envasados en tetra brik, imposibles de beber si no son mezclados con coca-cola o gaseosa. Desconozco el peso específico de este segmento de la industria, aunque estoy seguro de que esos productores no son los que están dando categoría al sector. Son bodegas como las de Vega Sicilia, Arzuaga, Pingus, Marques de Griñón o Mauro las que están prestigiando nuestros vinos con esfuerzo, tesón y ganas. Y para ello a ayudado mucho la creación de productos de gran calidad, en los que se aúnan el uso de las nueva tecnologías con los saberes más artesanales de buen hacer y respeto a la tradición. Y son estos bodegueros los que están consiguiendo que zonas como la Rioja, la Ribera del Duero, el Priorato, o el Penedés estén desarrollando una pujante industria turística y cultural con el vino como común denominador. Estigmatizandolo a través de medidas como la propuesta por Elena Salgado, no se disminuye el alcoholismo juvenil, sino que se perjudica a gente como Arzuaga, que ha puesto un hotel de cinco estrellas en sus viñedos, y ha conseguido atraer a un determinado tipo de turismo de élite que antes visitaba otros países y zonas.
Ministros de ZP: dejen de prohibir y dedíquesen a gobernar. Recuerden el mayo del 68 que tanto les gustaba a sus predecesores: prohibido prohibir.
Los organizadores del acto agasajaron a los asistentes con un regalo. Junto con el obsequio, se adjuntaron también una serie de copias del famoso vídeo de la anterior tregua de ETA. Según ha contado Pilar Cernuda en las noticias de mediodía de Onda Cero, en la portada aparecen las fotos de varios miembros del antiguo gobierno de Aznar, incluida la recientemente fallecida Loyola de Palacio. La periodista ha comentado que el detalle no le ha gustado a nadie, ni siquiera a un buen número de dirigentes del PSOE. Ya no sólo por la inconveniencia de la foto, si no porque nunca se han considerado esas copas como actos políticos, con lo que la difusión del vídeo está absolutamente fuera de lugar.
Quiero pensar que después de las palabras de bienvenida de ZP, felicitando el solsticio de invierno, y con posterioridad a la visita guiada para hacer una ofrenda al abeto pagano, se comenzaron a servir viandas y bebidas. Ya se sabe que enseguida se forman corrillos. En uno de ellos, la ministra Narbona se descolgó, supongo que después de un par de copas, con la ecologista idea de modificar la fiesta de los toros al estilo portugués, donde no se da muerte al toro en el ruedo. La propuesta fue planteada con la intención de desarrollarla gradualmente "quizá ya en la próxima legislatura, pero tenemos que intentar evitar ese momento sangriento final del toro".
Cuando alguien que no entiende de toros se pone a regular la materia, comete fallos garrafales. Seguramente la ministra desconozca que en Portugal, los toros son matados en los corrales de la plaza. Es decir, al toro no se le mata delante del público, sino que un matarife se encarga de aputillarlo en los chiqueros. Cualquier aficionado portugués, así como prácticamente todos los matadores, están en contra de ese tipo de lidia descafeinada, contraria a la esencia del toreo. El toro nace para morir en la plaza, presentando batalla, demostrando que es un animal bello y fuerte al que se cría para la lidia. Al ser una propuesta presentada al socaire de unas cervezas, es obvio que no está meditada. Por eso no aclara si también se limitará el uso del resto de objetos punzantes como las divisas, las puyas o las banderillas. ¿Tal vez piense la ministra que es mejor ponerle banderillas con velcro y que el toro lleve recubiertos los pitones con gomaespuma?
La Narbona argumenta que así se eliminaría el final sangriento del toro, sin embargo a nadie escapa que el objetivo es muy distinto. Con esa medida lo que pretenden conseguir es que desaparezca del panorama nacional todo lo que huela a España. Proponer corridas de toros light va a contribuir a que la fiesta, herida ya de muerte desde hace muchos años, termine por desaparecer. Y si no, tenemos la muestra clara con la plaza de toros de Barcelona, que por falta de aficionados que acudan a los festejos ha dejado de ser un negocio rentable.
Pero como han hecho de las prohibiciones una forma de gobernar, ZP y sus acólitos también pretenden prohibir otra parte fundamental de la cultura española. La ministra de Sanidad está estudiando considerar el vino como una “bebida alcohólica peligrosa”. En el borrador que prepara Elena Salgado sobre consumo de bebidas alcohólicas en la juventud se está estudiando prohibir a las bodegas el patrocinio de diversas actividades, la venta de productos como aceites y vinagres, y la promoción de emplazamientos turísticos. Cuando en España comenzaba a despegar el sector del vino a nivel internacional, cuando la diversificación de productos de calidad a parte del vino –aceites, vinagres,...-, cuando la inversión en bodegas, museos y hoteles estaba logrando que nuestra industria vitivinícola se pusiese al nivel de la francesa, llega la ministra y decide cargárselo todo de un plumazo.
Según la experta en temas sanitarios –incluso tuvo aspiraciones a la dirección de la OMS-, de ese modo se acabará con el consumo de drogas y alcohol por parte de la juventud. No voy a ser yo el que niegue que el problema está ahí. Actualmente la droga se ha enquistado en el tejido social hasta ser considerada por buena y normal entre nuestros jóvenes. Y no quiero ni pensar en las consecuencias desastrosas que vendrán en el futuro cuando todos esos chicos enfermen por sus múltiples adicciones a todo tipo de sustancias.
Incluso así, el gobierno no debe matar moscas a cañonazos. Antes de nada, debería reflexionar en profundidad acerca de la motivación que lleva a que España sea el país donde más droga se consume. No es mi intención pontificar, pero tengo la sensación de que este problema tiene mucho que ver con la deficiente educación de una generación despojada de cualquier referente moral. El sistema educativo ha convertido la escuela española en un pasatiempo inútil en el que se enseñan cuatro tonterías, en el que no se le puede exigir al estudiante la menor responsabilidad colectiva, en el que se premia el mínimo esfuerzo, y se le otorgan al alumno una multitud de derechos sin la contraprestación de una obligación.
Por otra parte, la sociedad en todas sus facetas está fomentando una cultura hedonista en la que todo vale en bien del disfrute y el ocio. Además, los padres, por comodidad o dejadez, han delegado la educación de sus hijos en el colegio, con lo que por unos o por otros, la casa sin barrer. Al final, el resultado es que ni la escuela marca unos referentes éticos a sus alumnos –los planes de estudio no los contemplan-, ni las familias están dispuestas a asumir que deben educar a sus hijos como ciudadanos –y no me refiero a la estúpida "Educación para la Ciudadanía"-. En definitiva, los referentes morales que se encuentran los adolescentes son los que aparecen en los programas del corazón, en los reality shows, en los videojuegos, en el chat, o en la discoteca.
Con esta perorata estoy tratando de hacer ver que el abuso de las drogas no se va a atajar satanizando el vino. Si analizamos el consumo de bebidas alcohólicas de la juventud, nos daremos cuenta de que el único vino que ingieren es cuando hacen calimocho. En general, caldos de ínfima categoría, envasados en tetra brik, imposibles de beber si no son mezclados con coca-cola o gaseosa. Desconozco el peso específico de este segmento de la industria, aunque estoy seguro de que esos productores no son los que están dando categoría al sector. Son bodegas como las de Vega Sicilia, Arzuaga, Pingus, Marques de Griñón o Mauro las que están prestigiando nuestros vinos con esfuerzo, tesón y ganas. Y para ello a ayudado mucho la creación de productos de gran calidad, en los que se aúnan el uso de las nueva tecnologías con los saberes más artesanales de buen hacer y respeto a la tradición. Y son estos bodegueros los que están consiguiendo que zonas como la Rioja, la Ribera del Duero, el Priorato, o el Penedés estén desarrollando una pujante industria turística y cultural con el vino como común denominador. Estigmatizandolo a través de medidas como la propuesta por Elena Salgado, no se disminuye el alcoholismo juvenil, sino que se perjudica a gente como Arzuaga, que ha puesto un hotel de cinco estrellas en sus viñedos, y ha conseguido atraer a un determinado tipo de turismo de élite que antes visitaba otros países y zonas.
Ministros de ZP: dejen de prohibir y dedíquesen a gobernar. Recuerden el mayo del 68 que tanto les gustaba a sus predecesores: prohibido prohibir.
2 comentarios:
Genial post, acabado con un manifiesto liberal en toda regla.
Interesante saber que no tiene identidad política la copa del "solsticio de invierno".
Muchas gracias por tu felicitación, Albiac. Como no hagamos algo, aunque sea desde nuestras propias tribunas blogeras, ZP y sus secuaces se acabarán cargando todo lo bueno de España
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