16 diciembre 2006

Otra cortina de humo



Esta semana nos hemos encontrado con otra de esas noticias que hacen de El Mundo un gran periódico al estilo del Washington Post, en un país necesitado de medios de comunicación independientes y veraces. La exclusiva de Casimiro García Abadillo es de las que levantan ampollas: “Vera anticipó al PSOE que el 13-M habría detenciones de islamistas”. Según el periódico de Pedrojota, “el ex secretario de Estado para la Seguridad Rafael Vera informó telefónicamente a la dirección del Partido Socialista en la noche del 12 de marzo de 2004 de que, al día siguiente, se iban a producir detenciones de islamistas en relación a la masacre del 11-M”. Como Vera no se fiaba de su teléfono, ya que pensaba que se lo tenían pinchado, y al encontrarse de paso en Mérida, se dirigió a hablar con el presidente de la Junta de Extremadura. Rodríguez Ibarra le puso a su disposición un despacho y una línea telefónica.
Pero poco después de la aparición de esta noticia, el gobierno contraataca con otra operación tipo Afinsa, en la que se informa de la desarticulación de un célula islamista en Ceuta. Lo que no me termina de cuadrar es que la célula se encontraba aún en período de formación y, según el pocero Rubalcaba, “cuando se ha visto que procedían a plantearse pasar de la discusión fanática a, directamente, la acción, se ha procedido a su detención”. Es decir, que de nuevo parece ser que han detenido a bombo y platillo, con luces, cámara y acción, a un grupo de mindundis. ¿No les parece a ustedes que esto es una cortina de humo del ilusionista Zapatero para que se olvide el asunto realmente importante?
Para no perder la perspectiva, centrémonos primero en la noticia de García Abadillo, que es la verdaderamente relevante. Pese a que estoy convencido de que ninguno de los lectores habrá olvidado lo ocurrido los aciagos días que transcurrieron del 11 al 14 de marzo de 2004, incluso así les recordaré que todas las fuerzas políticas, así como casi todos los ciudadanos de bien, asistieron el 12 a macromanifestaciones en protesta por los terribles atentados del día anterior. Era tal la concentración de políticos, que a todo el mundo le pasó desapercibida la ausencia de Rafael Vera.
Una vez finalizada la manifestación, una serie de dirigentes del PSOE se marcharon a la sede del partido en la calle Gobelas (sí, sí, la misma donde se preparaban las comparecencias de los participantes en la comisión parlamentaria del 11-M). Pasadas las nueve de la noche, un grupo de ellos, entre los que se encontraban Pérez Rubalcaba, Pepiño Blanco y Miguel Ángel Sacaluga, se fueron a cenar al restaurante La Hacienda. Al parecer, la cena debió de ser interrumpida varias veces debido a las constantes llamadas que recibían los comensales por parte de las cohortes desplegadas por el comisariado político socialista. Llamadas como la de Margarita Robles a Pepiño en la que le informaba que, según sus contactos en el entorno abertzale, “le aseguraban que ETA no había tenido nada que ver en el atentado”.
Pero la comunicación telefónica que más alegró a los asistentes fue la emitida por Rafael Vera. El condenado por los GAL y por el uso de fondos reservados les aseguró que su fuente era la juez antiterrorista francesa Laurence Levert. Aún está por aclarar que pinta dicha juez en todo esto. Hace bastante tiempo se dijo que la llamada de la magistrada a Rubalcaba fue la que motivó que estos patriotas pidieran champán para celebrar su futura victoria electoral. Sin embargo, esta noticia cambia bastante la perspectiva de lo sucedido aquella noche. Según aclara El Mundo, la juez Levert sabría que se iba a detener a islamistas por un soplo que le habían dado los servicios secretos españoles. Y aquí es cuando me planteo lo siguiente: si los servicios secretos sabían el giro de las investigaciones, por qué no se lo hicieron saber al ministro del Interior.
Pero esa no es la única interrogación que me asaetea cuando trato de comprender el alcance de todo este embrollo.
Tengo la intuición de que la francesa juega en todo esto un papel irrelevante de correveidile en una versión fabricada a posteriori por alguien. No puedo evitar la sensación de que lo verdaderamente trascendente es ¿por qué temía Vera que le hubiesen pinchado su teléfono? ¿Qué más le daba que le oyesen si no estaba haciendo nada malo? Si no recuerdo mal, aquellos días prácticamente todos los españoles usamos nuestros teléfonos para tratar de conseguir más información sobre lo sucedido. Me parecen dignas de destacar las cuestiones que plantea Luis del Pino en su blog: “¿Se trataba de recopilar la información que iba llegando para transmitírsela al PSOE, o lo que se hizo fue coordinar desde allí la fabricación de la inmensa patraña, con montaje de las pruebas falsas incluido? Dicho de otro modo: ¿en ese despacho se preguntaba o se transmitían órdenes? (…) ¿Fue Vera la persona encargada de impartir esas órdenes y de coordinar la creación de la versión oficial?
Por todo lo anteriormente expuesto, supongo que ZP se sentiría totalmente desasosegado. Otro día que se le fastidiaba. Enseguida debió hablar con Rubalcaba y éste le tranquilizó:
-No te preocupes, Presidente, que mañana ya no van a hablar más de eso. Tenemos a unos pringados en Ceuta que se dedican a vociferar en garajes y a ver vídeos de la guerra de Afganistán. Les detendremos con un gran despliegue; lo grabaremos para que salga en el telediario; y diremos que era una peligrosa célula de Al Qaeda. En un par de días se habrán olvidado del asunto.
Igualito que cuando los GEOS asaltaron las sedes de Afinsa y el Forum.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hay que descubrir de una vez por todas la verdad dl 11m. LA VERDAD NOS HARA LIBRES

Recaredo dijo...

Tienes toda la razón. La verdad nos hará libres porque servirá para desenmascarar a los instigadores de 192 asesinatos. Con estas maniobras de distracción, ZP y su gobierno de sátrapas no hacen otra cosa que confirmar lo que en la calle comienza a ser un clamor.