27 febrero 2007

Lecciones foráneas



Que tenga que venir un francés a darnos lecciones de moralidad política dice mucho de los políticos que nos gobiernan en esta nuestra España. Que tenga que ser un gabacho el que haga de Pepito Grillo y nos muestre lo que debe ser firmeza ante el terrorismo, arroja mucha luz sobre la catadura moral de algunos de nuestros gobernantes. En una entrevista publicada hoy por El Mundo, Nicolás Sarkozy ha dicho: "me emociono profundamente ante las grandes manifestaciones pacíficas contra ETA que llenan las calles de toda España". El ministro del Interior francés, y candidato a la presidencia de la República, ha añadido que las negociaciones de paz han fracasado y que "ETA es la única responsable de que la negociación fracase".
Pero ésa no ha sido la única bofetada que ha repartido a la izquierda española y a sus adlátares nacionalistas, ya que el candidato francés se ha explayado también con opiniones como esta: "cuando ETA nos explica que el atentado no acaba con el alto el fuego, me parece algo extravagante. O mejor dicho algo indecente. Hoy como ayer, la pelota está en el tejado de ETA. Es a ella a la que le corresponde comportarse como un actor responsable y renunciar a la violencia". Más claro no ha podido ser el primer político francés que se tomó en serio la lucha antiterrorista y atacó el corazón del santuario etarra.
De cualquier forma, su visita a España ha dado mucho más de sí, ya que en un mitin organizado para captar el voto de la población francesa residente en España, ha llegado a comparar la época de Aznar con el Siglo de Oro español. En mi opinión el símil ha sido bastante pelotillero y demasiado exagerado, pero también es cierto que Sarko ha tomado como referente político al ex-presidente español en su carrera por la presidencia de Francia.
Lo más destacable, después del apoyo explícito al PP, va a ser la reacción de ZP. ¿Cuánto tiempo tardará en declarar que su candidata es Segolène Royal y que Sarkozy es un perdedor que no tiene la más mínima posibilidad de victoria? Y con esto no quiero hacer futurología, pero estoy convencido de que, en el caso de que ZP dé por ganadora a la líder socialista, su carrera tendrá los días contados. ¿O acaso no predijo que George Bush y Angela Merkel iban a perder las elecciones? Y eso por no hablar de la fama de gafe que se está zanjando en la comunidad internacional. A ver cuánto tarda en volverse a convertir en el hazmerreir del mundo metiendo la pata de nuevo.

21 febrero 2007

El cambio climático

He de confesar que no entiendo nada acerca del cambio climático. Incluso cuando decidí escribir un post sobre el tema, me dije a mi mismo que lo más fácil era fusilar algún párrafo de la wikipedia para darle un toque pomposo al artículo. Pero es difícil opinar sobre algo cuando se es un ignorante completo. No obstante, desde que Al Gore ha emprendido una gira cual estrella de Hollywood recorriendo el mundo para presentar su película “Una verdad incómoda”, el asunto del cambio climático se ha elevado a problema político de primera magnitud. Y, pese a no saber nada de ello, con la ayuda de los expertos que pululan por la red, me voy a lanzar a hacer algo tan español como opinar sin saber del tema. A partir de aquí, si alguien cree que este artículo va a carecer de rigor científico, que no siga leyendo.
Basándome en lo poquito que he investigado, creo que habría que llamar a las cosas por su nombre y emplear una terminología correcta, ya que no debería denominarse cambio climático a lo que no es. El cambio climático es la variación global del clima de la tierra durante diversas escalas de tiempo. Por contra, a lo que el ex-vicepresidente americano se refiere en su película es a la modificación del clima sucedida en el presente, y por causas humanas, denominada calentamiento global.
Hay que tener en cuenta que cambios climáticos los ha habido a lo largo de toda la vida de la tierra. Un ejemplo típico sería el de las glaciaciones ocurridas hace aproximadamente 1,8 millones de años. Pero hace mucho más tiempo, entre 800 y 550 millones de años se produjo un fenómeno conocido como “tierra bola de nieve”. En aquellos momentos, debido a movimientos magmáticos muy fuertes, descendió dramáticamente la concentración de dióxido de carbono repercutiendo en el efecto invernadero, lo que provocó que disminuyese muchísimo la temperatura de la tierra. Se cree que hace 750 millones la tierra era un planeta completamente helado, con temperaturas de –20º en el ecuador y de –80º en los polos. Gracias a un aumento en la actividad volcánica, empezó a desprenderse más dióxido de carbono y la tierra comenzó a deshelarse. Lo que quiero explicar con esto es que cambios climáticos absolutamente radicales siempre se han producido, y en aquella época no había intervención humana.
Como no soy científico, no voy a cuestionar la actual aceleración del calentamiento global de la tierra por causas humanas. Según explica James Lovelock, en su artículo “Dos grados y la tierra se rebela”, no hay duda de que tanto los gases de efecto invernadero como las temperaturas están aumentando. Además añade que, como demostraron profesores de la Universidad de Reading, si las temperaturas globales aumentan más de 2,7º, los hielos de Groenlandia se volverán inestables y comenzarán a disolverse. Sin embargo, es conveniente leer el artículo hasta el final para conocer que el científico pertenece a grupos ecologistas. Por mucho que trate de defenderse, escribe como un político y no como un científico. Y para corroborarlo, voy a citar a otro experto, Chris Landsea, que dimitió del IPCCPanel Intergubernamental sobre el Cambio Climático- hace un año por no estar de acuerdo con la postura de la organización: “El motivo por el que mis colegas [del IPCC] utilizan a los medios para impulsar un propósito preconcebido no sostenido por los hechos de que la reciente actividad de huracanes se ha debido al calentamiento global queda más allá de mi comprensión”. No debemos olvidar que el científico dimitió porque la organización patrocinada por Naciones Unidas se encontraba “sometida”, con su “neutralidad perdida”, e incluso llegó a acusar a alguno de sus compañeros de difundir “pronunciamientos que distan mucho de ser científicos”. Y no sólo eso, ya que el profesor de meteorología del MIT, Richard Lindzen , ha llegado a comparar la creciente psicosis provocada por determinados medios científicos con “un grupo de niños pequeños encerrándose en armarios oscuros para ver cuánto pueden llegar a asustarse a ellos mismos y entre sí”. El profesor utiliza este símil porque cree que se está creando demasiada confusión. Según él, en realidad sólo ha cambiado la temperatura unas cuantas décimas de grado, y nunca en los últimos ocho años. Además, añade que hasta el mismo IPCC ha reconocido que no existen pruebas fiables de que se esté acelerando el deshielo, con la consecuente subida del nivel del mar.
Pero con un panorama bastante enmarañado a nivel científico, aparece Al Gore y decide producir una película llena de errores y medias verdades, basada en un supuesto consenso científico que no es tal. Todos los que han visto el documental lo han calificado de sensacionalista y terrorífico, con escenas impactantes como las de los osos polares que se ahogan al no poder nadar entre los trozos de hielos derretido. Parece ser que, por fin, el ex-político ha encontrado un destino para su vida: pasearse por medio mundo dando conferencias para conseguir que todos pongamos nuestro granito de arena y detengamos el calentamiento global. En definitiva nos propone que cambiemos las bombillas tradicionales por las de bajo consumo; que nos duchemos en vez de bañarnos; que, en lugar de utilizar secadoras, tendamos la ropa; o que utilicemos coches que consuman menos. Si sigo a rajatabla sus indicaciones, ¿creen que contribuiré a mejorar el medioambiente? ¿Y no será mejor que los países que más contaminan se comprometan a reducir las emisiones? Creo recordar que cuando EEUU se negó a ratificar el protocolo de Kioto, el Sr. Gore era vicepresidente de dicho país. Y según cifras bastante contrastadas, se trata precisamente del país que más contamina del mundo. Pese a todo lo anterior, ahora exhorta a los gobiernos para que se adhieran al tratado que entró en vigor en febrero de 2005. ¿Por qué no lo hizo en su momento, en 1997, cuando fue redactado?
Incluso así, lo más esperpéntico de su festival mediático ha sido su reunión con el líder de la alianza de civilizaciones, ZP. Durante el transcurso de la misma, nuestro concienciado presidente se ha comprometido a que la película se vea en todos los colegios españoles. Supongo que con la intención de que el político americano pueda amortizar los gastos de su gira con algunos euros procedentes de nuestro sistema educativo. Evidentemente, ese visionado forzoso tiene como objetivo principal que las futuras generaciones de españolitos dejen de usar las secadoras de ropa –un electrodoméstico imprescindible en cualquier hogar celtibérico que se precie- que tanto destruyen el medioambiente. Y además, de paso, no pierden el tiempo viendo cine español, que como está subvencionado no necesita de público.

20 febrero 2007

La matriarca comunista

Vean bien el video, escuchen con atención y permanezcan sintonizados hasta el final. Así se comporta la matriarca comunista, la anti-musa del cine español, la gran recolectora de subvenciones. Destacable el comentario que hace: "mancháis mi apellido con vuestra palabra". No señora: cualquier español de bien mancha su boca al pronunciar su apellido. Por eso yo ni lo escribo.


PD: Como siempre, agradecer al blog "República de Gudalmecín" que haya encontrado este video y lo haya difundido.

Un cuento con dos versiones

Soledad Mayol, una cigarra antisistema
Me han mandado por e-mail un cuento clásico de Samaniego que creo que puede resultar interesante, sobretodo en su versión socialista. La versión original de Samaniego la tenéis en este link
CUENTO POPULAR DE LA HORMIGA Y LA CIGARRA
VERSIÓN CLÁSICA
La hormiga trabaja duramente a lo largo de todo el verano; construye su casa y almacena sus provisiones para el invierno. La cigarra dice que la hormiga es una estúpida, mientras ríe, baila y canta durante todo el verano. La hormiga pasa el invierno calentita y bien alimentada. La cigarra, temblando de frío no tiene alimento, ni abrigo y muere de frío.
VERSIÓN SOCIALISTA
La hormiga burguesa trabaja duramente a lo largo de todo el verano; construye su casa y acapara provisiones para especular con ellas en el invierno. La cigarra dice que la hormiga es una estúpida, mientras ríe, baila y canta durante todo el verano, dando buen ejemplo de las bondades de la cultura popular. Llega el invierno, y la hormiga lo pasa calentita y bien alimentada. La cigarra, temblando de frío, organiza una conferencia de prensa y pregunta por qué la hormiga tiene derecho a estar calentita y bien alimentada mientras que otros, menos afortunados, sufren de hambre y frío. La TVE, la Cuatro y Tele 5 organizan programas en directo que muestran a la cigarra temblando de frío, y pasan escenas de video mostrando a la hormiga confortablemente instalada en su casa delante de una mesa bien provista. Los ciudadanos se asombran de que, en un país tan moderno y democrático, se deje sufrir de esta forma a la cigarra mientras que otros viven en la abundancia. Algunas ONG's se manifiestan ante la casa de la hormiga. Los periodistas realizan debates sobre por qué la hormiga se ha hecho rica a costa de la cigarra y le piden al gobierno que aumente los impuestos de la hormiga para que pague "lo que en justicia le corresponde". En respuesta a los sondeos de opinión, el gobierno prepara una ley sobre la paridad económica y otra -con efecto retroactivo desde el verano-contra la discriminación. Se aumentan los impuestos de la hormiga, y además es multada por no haber contratado a la cigarra como ayudante. La casa de la hormiga es embargada por el impago de los impuestos y la multa. La hormiga se marcha de España y se instala en Suiza. La TV realiza un reportaje sobre la cigarra, ahora bien gorda y lustrosa. Está a punto de terminar las últimas provisiones de la hormiga aunque la primavera queda lejana todavía. La antigua casa de la hormiga, convertida en vivienda social para la cigarra, se deteriora por la falta de cuidados de ésta. Se critica con dureza al gobierno por la escasez de medios asignados a la cigarra. Se abre una comisión de investigación, lo que costará 10 millones de euros. La cigarra muere; El País y la SER comentan que es debido a la falta de medios del gobierno a la hora de luchar contra las desigualdades sociales. La casa es ocupada por un grupo de arañas inmigrantes. El gobierno se felicita por la diversidad multicultural del Estado Español. Las arañas organizan una red de tráfico de drogas y tienen aterrorizado a todo el barrio.
¿Cuándo creen ustedes que se sustituirá la versión clásica por la versión socialista del cuento en los colegios públicos españoles?

19 febrero 2007

El referéndum andaluz

A la vista de los resultados de participación del referéndum celebrado ayer en Andalucía, me reafirmo en lo expresado el otro día en mi artículo “La importancia de la abstención”. De nuevo ayer ha triunfado la abstención por un abrumador 63,72% de andaluces que no se han molestado en ir a votar para manifestar su apoyo a un nuevo disparate nacionalista. A esa cifra habría que añadir que, del total de votos emitidos, el 9,48% se ha decantado por el “No” y el 3,07% lo ha hecho en blanco. Una vez más los ciudadanos han mostrado su disconformidad con políticos cada vez más preocupados por apuntalar realidades nacionales carentes de cualquier legitimidad histórica, en lugar de centrarse en tratar de solucionar los problemas reales que acucian a los ciudadanos.
Aunque esto a los políticos no les vale para nada, ya que vuelvo a reiterar que ellos sólo piensan en la gente que vota. O si no, cómo se explica que el presidente Chaves, alias “el minolles de Ceuta”, declare que la convocatoria electoral ha sido un “éxito” y que la decisión de abordar la reforma fue “acertada” y que, por supuesto, la “volvería a adoptar”. Es evidente que si analizamos los resultados, el referéndum ha culminado con una gran victoria ya que han apoyado el Estatuto el 87,45% de los votantes. No obstante, y como muy bien dice Libertad Digital," siete de cada diez andaluces no respaldan el Estatuto", debido a las patéticas cifras de participación.
En mi opinión, estos resultados hay que interpretarlos como un gran varapalo al proyecto soberanista surgido a imagen y semejanza del "Estatuto de Independencia Catalán". Un proyecto que ha sido secundado por el PP, en su afán de parecer lo que no son. El “minolles” se sacó de la chistera un proyecto que absorbía tantas competencias de la administración central que le otorgaba poderes muy similares a los que ostentaban los señores feudales de la Edad Media. Podría decirse que el Presidente de la Junta de Andalucía se erigía de ese modo en señor soberano de sus territorios con derecho de vida y muerte sobre cualquiera de sus súbditos. Lo raro es que no se llegase a plantear algún artículo que concediese al "Virrey de Andalucía" el derecho de pernada. Y no podemos olvidar que todo ello secundado por un Javier Arenas que es el gran causante de que Chaves lleve gobernando en Andalucía desde 1990. Aunque, como buen político que debe golpear siempre en los puntos débiles del contrincante, enseguida se ha desmarcado pidiendo a los “impulsores de la reforma una reflexión profunda”. Pronto se olvida él y la "dura negociadora" del estatuto Soraya Sáenz de Santamaría de que fueron los que aprobaron el anteproyecto y pidieron el “Sí” en el referéndum.
Otras reacciones con las que he disfrutado a lo grande han sido las de ZP, que ha felicitado al "Virrey Vitalicio de Andalucía" y ha destacado “el civismo y la normalidad democrática” con que se ha desarrollado la jornada electoral. Si en lugar de haber un 36,28% de participación, hubiese habido un 10% o un 12%, aún habría habido más civismo y normalidad democrática. Y si sólo hubiesen acudido a votar los afiliados al PSOE, más civismo todavía.
He dejado para el final, la clase magistral de matemáticas que nos ha dado Pepiño Blanco afirmando que nueve de cada diez andaluces han votado a favor del Estatuto. Yo le recomendaría que el año que viene deje sus estudios de Derecho en la UNED y se matricule en Ciencias Exactas o Estadística, porque está claro que es lo suyo. Hagan sus cuentas y traten de rebatir este contundente argumento digno de un rapador de crines de caballo o de un pastor de cabras borracho de orujo. Si han votado a favor del Estatuto 1.899.860 de andaluces de un total, según datos oficiales, de 6.045.285 de personas con derecho a voto, son tres (3,14) y no nueve de cada diez andaluces los que han apoyado este dislate.

14 febrero 2007

Himno de España



Como habrán podido comprobar los visitantes de mi blog, he insertado en la "columna de la derecha" un reproductor para poder escuchar el himno de España -ese que irrita tanto al gobierno-. Lo mantendré durante el mes de febrero para que todo aquel que quiera lo pueda escuchar.
Por cierto, la foto pertenece a una exhibición aérea de la Patrulla Aguila en Rabat en 2004. Imagino que mucha gente en Marruecos se pondría nerviosa al ver la bandera rojo y gualda sobre sus cabezas. Exactamente lo mismo que les sucede a ZP y sus secuaces.

PD: El link al himno lo he encontrado en el blog de Cerrajero, que es uno de los que ha propuesto que lo incluyamos en nuestros blogs.

Libro: "Las mentiras del 11-M", de Luis del Pino

Que un partido político como el PSOE se haya aprovechado para su propio lucro electoral del mayor atentado terrorista de nuestra historia es algo que excede con creces el límite de lo tolerable en cualquier sociedad democrática. Fíjense bien que he escrito “aprovechado con lucro”, y no “organizado el atentado del 11-M”, debido a que aún no hay indicios suficientes para poder afirmar otra cosa. De cualquier forma, para gran parte de la sociedad bien informada, no puede obviarse la posibilidad de que el PSOE tenga algún tipo de responsabilidad en el suceso. No hace falta más que recordar la frase que dijo José María Aznar en la comisión parlamentaria del 11-M cuando habló que los organizadores de los atentados no se encontraban ni en “desiertos muy lejanos” ni en “montañas muy remotas”. Y el gobierno de ZP, en lugar de tratar de eliminar cualquier sombra de duda, no hace más que levantar más sospechas con su afán por pasar de tapadillo sobre la investigación judicial y política del mismo. Luis del Pino en su libro recuerda una declaración de Zaplana que resulta muy esclarecedora: “Si hubo cualquier error, cualquier negligencia, nunca sería responsabilidad del actual gobierno, porque los que gobernábamos entonces éramos nosotros. Entonces… ¿por qué el actual Gobierno tiene tanto miedo a que se investigue? Sinceramente, no se me ocurre ninguna explicación. O, mejor dicho, quizá es que prefiera no formular la explicación que se me ocurre”. Pues sin llegar a acusar a nadie directamente, Luis del Pino sí que plasma, negro sobre blanco, todas las falsedades por las que los instigadores de la versión oficial –no olvidemos que es la que propugna el PSOE- nos han intentado hacer pasar. Mentiras que se estructuran en distintos bloques de un modo muy esquemático y resumido, para que cualquiera que no conozca en profundidad los hechos pueda tener una visión muy clara de todo lo que falta por esclarecer o nos han querido hacer creer.
El libro comienza con un análisis de las mentiras vertidas sobre los trenes. El autor presenta estas falsedades diciendo que lo lógico hubiera sido investigar sobre qué ocurrió en los trenes, sin embargo la investigación se centró sobre una furgoneta que no tenía nada que ver con el atentado. Además, cualquier investigador racional lo primero que hubiese hecho sería una investigación exhaustiva sobre el explosivo utilizado en los trenes. Más que nada porque lo primero que se debe estudiar es el arma del crimen. Sin embargo, aquí sólo se centraron en una mochila llena de explosivos de dudosa procedencia. Además, nadie se molestó en investigar acerca de los detonadores empleados, porque ya tenían un teléfono encontrado en la misma mochila de Vallecas, que llevaba a un locutorio de Lavapiés. Del Pino emplea muy acertadamente el símil del prestidigitador que cuando hace un truco de magia atrae nuestra atención sobre su mano derecha mientras con la izquierda prepara el mazo de cartas.
Después de analizar los datos sobre los trenes, comienza a tratar el tema de la Renault Kangoo, furgoneta que sirvió para comenzar la farsa que hizo que nos olvidásemos de los trenes y nos centrásemos en un vehículo que nadie puede asegurar que fuese utilizada por los terroristas. Primero, porque era absurdo dejar abandonada la furgoneta, si de verdad se encontraba llena de pistas. Además, la furgoneta no se encontraba forzada y no tenía placas dobladas. Pero lo más curioso es que no se han encontrado huellas ni restos de ADN de nadie ni en el volante ni en la palanca de cambios, con lo que se deduce que el que conducía iba con guantes. Aunque si fue tan cuidadoso como para conducir con guantes, ¿por qué se dejaron prendas personales y fácilmente identificables por los restos de ADN? Y otra cosa todavía más inquietante: parece ser que los objetos que numerosos testigos vieron en el interior de la furgoneta, desaparecieron y fueron sustituidos por otros.
En la tercera parte, se centra en enumerar las falacias que se han tratado de hacer pasar por pruebas de la mochila de Vallecas. No hay que olvidar que la mochila que se pasó el día entero dando vueltas por Madrid fue fundamental para poder argumentar que el explosivo utilizado en el atentado era Goma-2 ECO. Según explica el investigador, “nos presentaron una mochila donde ya estaban introducidos todos los elementos para construir de manera apresurada una trama islámica donde no faltara de nada, donde ya estaban las semillas para conducir a una trama asturiana que posiblemente no sea, al igual que la trama islámica, más que una cortina de humo”. Y luego añade que se nos presentó una prueba falsa tan descarada que nadie se atrevió a cuestionar durante más de un año.
De la mochila pasa a las mentiras de las detenciones provocadas por un teléfono móvil aparecido en la mochila de Vallecas. Siguiendo el rastro de la comercialización del terminal y de la tarjeta se consiguió detener a cinco personas en plena jornada de reflexión y apuntalar la tesis del atentado islamista. Lo curioso es que, de esos cinco detenidos, dos de ellos eran hindúes. El mismo Luis del Pino añade para los que lo desconozcan que los hindúes y los musulmanes no son vecinos bien avenidos precisamente. Obviamente, esas detenciones apresuradas tenían una clara finalidad política ya que cuatro de esos cinco presuntos terroristas fueron puestos en libertad poco tiempo después, al no podérseles acusar de nada más que haber vendido unos teléfonos y unas tarjetas. Igualito que si se detuviese por cómplice al vendedor de cuchillos de cocina que le vendió uno a un hombre que terminó apuñalando a su mujer.
Probablemente el capítulo más interesante del libro sea en el que analiza las mentiras arrojadas sin el más mínimo pudor en los días que mediaron desde el atentado hasta la convocatoria electoral del 14 de marzo. Mentiras cuyo único fin eran intoxicar a la opinión pública para que dirigiese su voto en una única dirección. Sin ánimo de destripar el libro, son destacables las de los falsos terroristas suicidas, las de los inexistentes teléfonos configurados en árabe, el falso informe del CNI, la cinta de vídeo reivindicando el atentado que apareció en manos de un policía retirado,…
Uno de los puntos más oscuros de toda esta trama es, sin duda, lo sucedido en el piso de Leganés. Según del Pino, ése era el colofón a todo el montaje iniciado el 11-M pero, al cerrar el círculo, los creadores de la versión oficial no pudieron evitar la tentación de sobreactuar y acabó convirtiéndose en un drama chirriante en exceso. Para apuntalar su hipótesis, el autor recurre constantemente al sumario instruido de forma bastante chapucera por el juez del Olmo. Y en él se basa para resaltar las numerosas contradicciones que hacen que este episodio –con el resultado de los terroristas suicidados y un GEO muerto- permanezca aún sin una explicación coherente. Por no poder aclarar, el sumario no consigue determinar ni la forma en que se localizó el piso. Para más INRI, no se puede entender por qué se realizó el asalto, o por qué se tardaron cinco horas en desalojar a los vecinos. Y voy a remitirles a la lectura del libro para que puedan entender mejor situaciones extrañas como las de los tiroteos hollywoodenses en los que no se consigue encontrar casquillos de bala o el terrorista que apareció con los pantalones puestos al revés.
De esta esperpéntica comedia bárbara, el episodio más peripatético es el de la aparición del Skoda Fabia que permite a la versión oficial probar con calzador el modo en que se trasladaron los terroristas hasta a Alcalá de Henares. Sólo en un país de locos se puede pretender que nos traguemos que un coche aparecido tres meses después del atentado fuese utilizado por los asesinos para trasladarse hasta allí. Pero parece ser que el juez del Olmo sí que se lo ha creído, al igual que la fiscal Olga Valeya.
En la parte VIII, Luis del Pino pasa a desentrañar los entresijos de un misterioso Chino al que nadie conocía por ese apodo. Incluso se llega a cuestionar su existencia ya que sus numerosas identidades harían volverse loco al Santo o a Mortadelo. Y lo peor de todo es que aún no se puede asegurar cuál era su verdadero nombre, aunque parece claro que Jamal Ahmidan, no –o al menos el camello al que se conocía por ese nombre, que llevaba a su hijo a un colegio católico, no se corresponde con el perfil de un islamista fanático-.
Si es difícil esclarecer la identidad del Chino, respecto a la casa de Morata –ocupada por él y donde supuestamente se montaron las bombas- también hay muchos enigmas por resolver. Lo más llamativo es que estamos ante el principal nexo de unión con Al Qaeda, pero la investigación sumarial es confusa y parece pretender taponar el hilo de investigación que podía haber dado más fuerza a la versión oficial. Esperemos que tarde o temprano se desvele la verdad y podamos saber el motivo por el que no se ha querido profundizar en una casa que sólo fue alquilada a terroristas y que pertenecía a Abu Nidal –encarcelado desde 2001 por pertenecer a Al Qaeda-. ¿Puede ser que se deba a que la abogada de Abu Nidal es Yamila Pardo, sobrina de Joaquín Almunia?
En la penúltima parte, el autor recopila todas las mentiras que se encargaron de escupir sobre la supuesta trama islamista. De 29 imputados por el juez, 9 son españoles, 11 son vulgares delincuentes y sólo 9 son acusados de ser terroristas islámicos. Además, 5 de ellos son confidentes policiales. No cabe duda de que, para ser un atentado de Al Qaeda, rompe absolutamente con el "modus operandi" habitual.
Para finalizar, es destacable el compendio de incongruencias, medias verdades, retrasos y ocultaciones en que diversos medios han ido poniendo trabas a una investigación que no ha servido para nada. Cintas borradas, radiografías ocultadas al juez, clavos recogidos en la Mina Conchita desaparecidos,… son cuestiones que en su debido tiempo deberán ser juzgadas por un tribunal que depure responsabilidades. Porque ningún estado de derecho puede permitir que nadie se ría de la ley. Menos aún podemos tolerar que ciertos personajes campen a sus anchas y manipulen a la justicia para conseguir objetivos oscuros e ilegales. Un país que se precie no puede permitir que determinados resortes de poder se utilicen de forma sectaria, arrinconando la legalidad e insultando a 192 muertos. Mañana empieza un juicio que aparentemente terminará siendo anulado. Gracias a las investigaciones de Luis del Pino ahora sabemos que todas las pruebas recopiladas hasta ahora tan sólo valen para absolver por falta de pruebas a todos los imputados. Hoy, casi tres años después, sabemos prácticamente lo mismo que la mañana del 11 de marzo de 2004. Mejor dicho: ahora tenemos la certeza de que alguien trata de engañarnos. Todavía confío en la justicia y espero por nuestro bien que el tribunal encargado de juzgar los hechos sea capaz de desentrañar la oscura maraña que se presentará ante sus ojos.

12 febrero 2007

La importancia de la abstención

Según informa Libertad Digital, parece ser que el Gobierno portugués aprobará la despenalización del aborto pese a la invalidez del referéndum. No quiero entrar en este artículo a opinar sobre la despenalización del aborto desde un punto de vista ético o moral, pero sí que lo voy a hacer desde una perspectiva más política.
Parto de la base que una decisión tan trascendental como esa debe ser votada en referéndum por todo el pueblo y felicito al gobierno portugués con reservas (lean hasta el final y sabrán por qué). No obstante me cuesta entender a los partidarios del “No”, que argumentaban que para despenalizar el aborto –ayer se preguntaba textualmente: “¿Está de acuerdo con la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo, por opción de la mujer, hasta las diez semanas de embarazo, en un establecimiento de salud legalmente autorizado?”- no era necesario el referendo ya que bastaba con una reforma legal que mantuviera el aborto como delito en el código penal pero eliminando las condenas de cárcel. Creo que esa no es la mejor forma de defender su postura. En un asunto tan importante, y sin ánimo de ser reiterativo, la voluntad popular es fundamental.
Otro elemento llamativo es la bajísima participación que han registrado los comicios, con la consecuente pérdida del carácter vinculante. Parecido a lo que sucedió en 1998, cuando también tuvo que ser anulado el referéndum por baja participación. Me cuesta entender el motivo por el que el electorado luso no se ha molestado en acudir a las urnas. En la anterior consulta se habló de que al ser un verano muy caluroso, la gente optó por ir a la playa en lugar de votar. Pero ayer el tiempo no acompañaba y la participación siguió siendo escasísima.
Por otra parte, algunos analistas lo achacan al tradicional pasotismo de la juventud, sobretodo de izquierdas. Los socialistas portugueses, al igual que los españoles, piensan que gran parte de su electorado es abstencionista. Aunque de ser así, no habrían salido elegidos ni en España ni en Portugal. Y es más: no habrían ganado el referéndum de ayer.
El tema de los bajísimos índices de participación en los procesos electorales desarrollados en los países occidentales, con democracias consolidadas, y altos niveles de bienestar, es un problema que debería preocupar seriamente a los líderes políticos. Cabe la posibilidad que se deba a las fechas que eligen para la celebración de las consultas. El hecho de celebrarse casi siempre en domingo puede tener mucho que ver con los escasos niveles de participación. Hoy en día gran parte de los trabajadores finaliza su semana laboral el viernes a mediodía, con lo que hay tiempo suficiente para poder disfrutar del fin de semana fuera de las grandes ciudades. No hace falta más que observar las generalizadas huidas que se producen cada semana en las grandes ciudades. Quizás si los elecciones se convocasen en día laborable, el índice de participación sería más alto. Pese a que era un niño, recuerdo que el referéndum de entrada en la OTAN se llevó a cabo en día laborable, y todos los electores tenían derecho a un par de horas libres para ejercer su derecho al voto. Desconozco las cifras exactas de participación, pero no creo que fuesen tan bajas como las que se producen últimamente.
O tal vez el problema resida en la nula capacidad que tiene la clase política para convencer al electorado. Tras años y años de promesas vacuas que jamás se cumplen, los votantes, durante las campañas electorales, asisten impasibles al circo ambulante que montan para tratar de explicarnos que nuestra opinión cuenta. Pero una gran parte de la ciudadanía ya no se cree más milongas. Los votantes hastiados están hasta las narices de que los políticos se rían de ellos, les causa enfado que su opinión nunca cuente y que su voluntad se vea ninguneada por saltimbanquis de cualquier ideología. Por eso creo que la respuesta de la opinión pública harta de embaucadores del Mississipi es la abstención como forma pasiva de expresión política.
En el caso portugués, la abstención ha alcanzado el 56,39 %, con lo que los resultados no pueden darse por válidos, ya que no han acudido a las urnas ni la mitad de los electores. Teniendo en cuenta que la población lusa asciende a 10,6 millones de habitantes, y que de ellos 8,8 millones tienen derecho a voto, podemos observar que sólo 3,7 millones se han pronunciado a favor o en contra de la medida. Además, no debemos olvidar que en el país vecino se estima que abortan al año de forma ilegal alrededor de 18.000 mujeres –9.000 mujeres más acuden a España para hacerlo en clínicas cercanas a la frontera-, con lo que estamos hablando de un problema muy serio que parece no importarle más que a las mujeres que abortan por un lado y a los católicos más tradicionales y conservadores por otro.
Como me niego a creer que el 42% de los portugueses sean pasotas en potencia, que no opinan o les produce indiferencia aspectos tan fundamentales y controvertidos como el del aborto, solo puedo inferir que usan la abstención como forma pasiva de expresión política. Aunque como ya sabemos que los políticos sólo cuentan los votos emitidos, el gobierno socialista portugués ha decidido prescindir de cualquier reflexión acerca del significado de esta abrumadora victoria de la abstención y tomará el camino que más agrada a la izquierda: el de conseguir por sus propios medios lo que el pueblo le ha negado por derecho legítimo. En mi opinión, si el referéndum carece de carácter vinculante por la elevada abstención, los políticos no deben perseguir sus fines utilizando rodeos torticeros. No se puede establecer ninguna legislación que se fundamente en la opinión del 25 % del electorado. Tan sólo 2,2 millones de portugueses votaron “Sí” al aborto. Pero eso parece importarle poco al socialista que gobierna el país vecino. ¿Le habrá dado ZP lecciones aceleradas de cómo hacer lo que le dé la gana simplemente por ser de izquierdas?

01 febrero 2007

Un país de locos

  • En un país de locos, el presidente del gobierno se rinde a la mafia terrorista e insulta, persigue y ningunea a las víctimas de esa mafia.
  • En un país de locos, el Fiscal General del Estado solicita, por motivos humanitarios, la libertad de un sociópata con veinticinco muertos a la espalda.
  • En un país de locos, gobiernan señores que llaman “hombre de paz” al mayor carnicero de la democracia, y “fascistas” e “intolerantes” a las víctimas de ese delincuente.
  • En un país de locos, se denomina “conversación de paz” a la rendición sin condiciones ante un banda de malhechores.
  • En un país de locos, el gobierno trata de ocultar la verdad de lo ocurrido en el atentado más grave sucedido en Europa y que fue causa directa de su victoria electoral.
  • En un país de locos, el hermano de un ministro caricaturiza al presidente de una asociación de víctimas del terrorismo diciendo que le tocó la lotería cuando mataron a su familia.
  • En un país de locos, las regiones se empeñan en secesionarse argumentando derechos más propios de “Alicia en el país de las maravillas” o “El señor de los anillos”.
  • En un país de locos, el presidente de una región envía a un embajador a la capital y el ministro de Asuntos Exteriores le recibe en calidad de representante internacional de una potencia extranjera.
  • En un país de locos, las regiones legislan apropiándose de competencias exclusivas del Estado.
  • En un país de locos, se crean estatutos de autonomía inconstitucionales e ilegales.
  • En un país de locos, las regiones se inventan a la carta su historia y geografía para obligar a sus niños a estudiarlas.
  • En un país de locos, el gobierno trata de extirpar cualquier elemento representativo de su propia identidad como nación.
  • En un país de locos, el gobierno se alía con países extranjeros regidos por sátrapas, dictadores, cocaleros y delincuentes siempre que sean de izquierdas.
  • En un país de locos, se mantiene en el puesto a una ministra de Vivienda que lo único que se le ha ocurrido para solucionar el grave problema que la compete son las soluciones habitacionales de treinta metros cuadrados.
  • En un país de locos, se trata de combatir a la sequía proponiendo que nos lavemos menos.
  • En un país de locos, un consejero de una región que se reunió con terroristas y que fue cesado por ello, vuelve a ser consejero de la misma región simplemente porque ha obtenido un 14,06 % de representación.
  • En un país de locos, el 9,2 % (2.557.969 de votos) de los votos totales (24.367.700 de votos emitidos) tiene la llave de la gobernabilidad del país.
  • En un país de locos, se ataca desde el Estado las creencias religiosas y morales de muchos ciudadanos por ser contrarias a las de los que gobiernan.
  • En un país de locos, se jalea la ocupación de propiedades privadas porque las autoridades responsables se consideran “antisistemas”.
  • En un país de locos, esa supuesta “antisistema” cobra como concejala más que el presidente del Gobierno.
  • En un país de locos, se permite y fomenta la entrada masiva de inmigrantes desestabilizando la economía, la sociedad y la seguridad.
  • En un país de locos, la legislación sólo se cumple si le conviene al que gobierna.
  • En un país de locos, se desentierra a los muertos de un bando contendiente en la Guerra Civil renegando de los del otro. Y, además, se promulga una ley de memoria histórica que sólo reivindica a uno de los bandos.
  • En un país de locos, se empeñan en condenar a una generación de jóvenes al analfabetismo funcional, al alcoholismo y al paro, para obtener más borregos que les perpetúen en el poder.
  • En un país de locos, se insulta llamando “fascistas” y “provocadores” al colectivo que exige que se cumpla la ley y se prohíba la negociación con los terroristas.
  • En un país de locos, se monta una manifestación cuyo fin es coaccionar a los jueces que han imputado al presidente regional que se reunió con terroristas.
  • En un país de locos, el presidente de una región que es imputado por reunirse con una organización ilegal se pasa al poder judicial por el arco del triunfo y anuncia que seguirá delinquiendo.
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Pues tiene usted razón, señor Ibarretxe, parece que éste sí que es un país de locos.